martes, 6 de noviembre de 2012

Tras un empate deslucido, esperamos al campeón


MÁS MUSICA 1 V. SIMBADA 1

El equipo

Tití 4
Maseta 7
Borja 6
Juanpi 5
Nacho 5
Negro 5
Horacio 5
Beto 5
Bebe 5
Oso 5
Mariano 4
Rorro 5
Tanque 5

Goles:
Primer tiempo: 26 minutos gol de Maseta. 40 min 3 seg. gol en contra de Tití (para Más Música)

SIMBADA Y MAS MUSICA SE
REPARTIERON LOS ERRORES
Por Armando Paredes

El partido con Más Música fue una sinfonía de errores. Los dos equipos se repartieron desaciertos durante los 80 minutos. Así fue como los dos goles que hubo –uno para cada escuadra- provinieron de desgraciadas jugadas de ambos arqueros. Se podría decir, casi, que fueron goles en contra. De todos modos, si tenía que haber un ganador, ese era Simbada.
Beto cabeceó desviado cuando por detrás aparecía Borja

El equipo bordó fue apenas superior en el primer tiempo. Por momentos tuvo pasajes de buen toque y dinámica. Sobresalió Maseta, que además de tener una correcta marcación de su punta, se transformó en una carta ofensiva, empujando al equipo hacia adelante y si era necesario a los gritos.

Nacho, el Negro y Horacio buscaron asociarse, pero más allá de algunos momentos de lindas combinaciones pocas veces llegaron al arco con peligro, más allá de sendos disparos de media distancia de Oreja y Negro. De todos modos, la intención se insinuaba interesante. Pero por momentos los volantes parecían quedar muy lejos entre sí y demasiado desconectados de Beto, que jugaba de punta.
Beto encaró al defensor de Más Musica. Esta vez no pudo

En ese contexto, la situación más clara que tuvo Simbada fue un disparo bombeado desde 45 metros de Maseta, que el arquero de Mas Música desvió con la punta de los dedos y la pelota pico en el travesaño. Las tribunas quedaron sin aliento y los comentarios de algunos miembros del equipo en el banco de suplentes, maledicentes, eran que Maseta había querido despejar. No fue así. Tiró al arco.
Primer aviso de Maseta. Disparo bombeado, el arquero y el travesaño la mandan al corner

El arquero le confesó al referí que la había tocado para que se cobrara el córner. Estaba aburrido de no participar y además quiso anotarse algún mérito en evitar el gol. Igualmente fue aplaudido.
Gol de Maseta. Con un paso de baile, el arquero la empujó a la red

De todos modos, fue el primer aviso. Tres minutos más tarde, Maseta, en un desborde por la izquierda –su punta era la derecha- quiso esta vez sí tirar un centro pero el disparo salió muy cerrado y algo llovido, lo cual complicó al arquero que en su intento de retenerla la metió dentro del arco. Igualmente, el gol se le anotó a Maseta porque el golero solo rozó el balón.

De lejos, Maseta descolló en ese primer tiempo. El otro jugador que empujó, como siempre fue Borja, pero esta vez sin la claridad y potencia de otras mañanas. Siempre fue muy firme en la marca, especialmente cuando se escalonaba con Maseta y con Juanpi. La seguridad en el fondo estuvo garantizada.

Así se iba el primer tiempo, con un triunfo cómodo de Simbada y sin mayores contratiempos ocasionados por Más Musica. Tití había tenido que intervenir, aunque sin mucha exigencia en algunos ataques musiqueros.

Pero lo peor de la jornada llegó a los 40 minutos y 3 segundos, ya en tiempo cumplido de la primera etapa. En la última patada de Más Música, Tití tuvo su jugada más amarga del campeonato. Un centro de derecha a izquierda de los musicales, sin muchas esperanzas, débil y sin destino, fue deslizándose despacio hacia los pies de Tití, que al poner mal las manos para retener el balón terminó empujándolo hacia el fondo de la red. Gol en contra. Era injusto, pero era empate.
Titi, el Uno, se sacó un Dos tras un gol casi en contra

Luego, es cierto, Tití evitó la caída del arco en dos oportunidades, tapando pelotas muy difíciles. Por ese motivo se salvó del 1 (uno) y se le admitió un 2 (dos).
Simbada había tenido más y mejor la pelota. El segundo tiempo fue para el olvido. Las ganas de Oso, corriendo y arrastrando, no alcanzaron. Oreja se fue diluyendo –aunque con mucho despliegue y tirándose a los pies de los contrarios, aportando en defensa y en ataque-, pero sin acertar el camino del peligro para el rival. Nacho, que entró mucho en juego, peleó y luchó contra marcas duras, fue perdiendo piernas por el extremo calor.
La gambeta mágica de Nacho esta vez no alcanzó

El Bebe y Rorro cumplieron muy bien sus libretos, fueron muy correctos en sus marcas, mientras que Mariano buscó pero nunca le llegó la oportunidad. Igualmente, siempre dio la sensación de que Simbada estaba más cerca del gol. Hubo desbordes peligrosos de Nacho y de Oso, pero nunca Simbada pudo terminar con el moño la jugada, ni ponerle el sello ganador al último pase.
Oso, una cuota de dinámica pero, pero el equipo lució desconectado

Quedó la imagen de un equipo demasiado incomunicado en la cancha, con pases largos, fácilmente anticipables, y con volantes que no se agrupaban entre sí para progresar juntos en el campo. Los bordos parecieron desconectados, muy lejanos unos de otros. Cada simbadense que tomaba el balón no registraba una descarga a mano para comenzar a herir al rival.

En los últimos partidos, a Simbada le faltó más toque y rotación, movilidad de los que no tienen la pelota para ofrecer un pase posible, una combinación, la que abre espacios y la que confunde al adversario. Ese juego salió muy bien con Dynamo Zagreb, pero Simbada nunca lo pudo repetir.
Horacio en uno de sus intentos. Se fue desviada

Así se diluyó el partido, en medio del incipiente calor del verano, y con algunos intentos de media distancia de Bebe, Rorro, Tanque y Oreja. Pero nada más.
Habrá una oportunidad perfecta para a mejorar y dejar el año con buena imagen. Se podrá salvar el orgullo contra Xeneizes, el equipo que ya es campeón con 21 puntos sobre 21 posibles, a cinco del segundo, faltando una fecha por jugarse. Los Xeneizes vendrán a jugar por el invicto; Simbada saldrá a la cancha por el honor. La historia demuestra que los bordós también son capaces de la hazaña.

APOSTILLA
Luego del partido, el rostro de Tití lo decía todo. “Quiero que Armando Paredes me ponga un 1 (uno). No me lo puedo perdonar. No sé con qué cara voy a mirar a mi suegro ahora. Soy el culpable. Pásenme una pistola”, declaró el Uno cuando se retiraba de los vestuarios. Muchos compañeros lo consolaban diciéndole que mucho peor había sido su partido contra Pincharratas. Uno de ellos era el Negro: “No importa Tití, contra Pincharratas te hiciste dos goles. Hoy solamente uno”. El Uno se quedó mucho más tranquilo. Igual le quedaría otro consuelo: del medio hacia adelante, Simbada fue un conjunto de fantasmas que no pudieron quebrar a Más Música. Igualmente prometió pagar el asado él solo… cuando lo haga.

OOO
Anonymous estuvo aquí. No intenten cambiar mis cambios o sino...

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