miércoles, 30 de mayo de 2012

El arma secreta

La gente se pregunta: "¿qué tiene Simbada este año?" Está haciendo sufrir a los mejores equipos del campeonato. De eso no hay duda. Pues bien, un reportero gráfico anónimo (probablemente un aficionado), captó el momento que desvela la clave: los miembros de Simbada se reúnen antes y después de cada partido en la lancha del club a tomar unos mates y desgranar la estrategia que los ha llevado a un éxito que los resultados camuflan por el momento.
 Se ve claramente en esta secuencia cómo se rompen la cabeza los miembros del famoso team.
Se comenta que puede haber pronto un estreno de camiseta con el nuevo logo... Patrocinadores: aun hay tiempo para conseguir una mención en la equipación. Se dice que debido a la religiosidad manifiesta de algunos jugadores no se pondrá ningún logo en la parte trasera de los cortos... cada cosa en su lugar che!
Otro rumor logrado de una alta fuente habla de la posibilidad casi confirmada de contar con un goleador invitado sorpresa ¡en la próxima fecha! Por lo oído, son palabras mayores.
                                                                                                                                              El último

domingo, 20 de mayo de 2012

PINCHARRATAS 1 V. SIMBADA 0


Titi (7)
Maseta (7)
Borja (7)
Bebe (6)
Nacho (6)
Negro (6)
Oso (6)
Mariano (5)

Juampi (6)
Horacio (6)

SIMBADA NO LIGÓ, PERO DEBE ENCONTRAR VARIANTES
Por Armando Paredes

La falta de suerte de Simbada fue sólo una parte del problema en la derrota 0 a 1 frente a Pincharratas. En efecto, el rojo mereció más y no irse con las manos vacías: cometió pocos errores en defensa –el único desembocó en un gol en contra-; manejó durante más tiempo la pelota, aunque no siempre mejor, y tuvo las mejores llegadas del partido. Sin embargo, hay que decirlo, le faltó profundidad y variantes en el armado del juego y en las llegadas. Todos sus intentos, muy verticales, murieron en las manos del arquero Pincha, que terminó por convertirse en la figura del partido. El golero, además de una sólida defensa, superpoblada, fueron los verdaderos factores del cero en el arco propio frente a los demasiado frontales ataques simbadenses.
El arquero Pincha, una de las figuras de su equipo, tapa un avance de Simbada
El partido arrancó con una gran paridad. Por momentos, los Pincharratas manejaban con más efectividad la pelota, pero eso duró pocos minutos. Tití, de buena actuación, casi no tuvo trabajo. No pasaba sobresaltos. Poco a poco, crecía Simbada. De golpe, los granates sufrieron el baldazo de agua fría. Una mala salida de Borja (¡por suerte, es humano!), que entregó la pelota a un contrario, fue aprovechada por el Pincha que tomó a la defensa de Simbada mal parada y sin reacción. Luego del gol, todo el fondo, incluido Borja, se repuso. Y fue lo más rescatable del perdedor. Los Pincharratas no volvieron a causar verdadero peligro más allá de algunas llegadas aisladas en el segundo tiempo.

                         Uno de los últimos intentos de Nacho, ahogado entre dos contrarios
Del otro lado, los colorados movían la pelota con fluidez hasta tres cuartos de cancha. Nacho, sin tanta llegada y peligro de otras mañanas, fue el eje de circulación del juego simbadense. El Negro fue un marcador eficaz, distribuyó bien la pelota y probó con criterio -pero sin suerte- al arco, desde media distancia.

Oso manejó la pelota, pero siempre lejos del arquero Pincha
El Oso, siempre con buen panorama, quedó demasiado lejos de la meta contraria para lo que son sus posibilidades. El Bebe asistió al mediocampo, corrió y quitó pelotas hasta cansarse, pero no se animó a pasar con más ímpetu a la ofensiva. Lo mismo hizo Juampi, siempre igual de prolijo en la marca por su punta. La defensa jugó uno de sus mejores partidos del campeonato. No en vano recibió un solo gol. Incluso, mantuvo su nivel cuando debió salir Borja por una distensión en el gemelo.
Negro buscó el arco, pero Simbada no ligó
El mayor problema de Simbada estuvo en el ataque, que esta vez no fue efectivo como en los dos primeros partidos del torneo. A la generación de juego, a veces con movimientos interesantes y cambios de frente y de ritmo, le faltó sorpresa. Quizás sea la hora de intentar más llegadas asociadas, desbordes para el centro atrás, avances en pared, para penetrar la defensa contraria. Los ataques fueron demasiado previsibles, se abusó del progreso frontal, demasiado vertical, con pelotazos largos o disparos de media distancia sin puntería. Con defensas cerradas, como la del esquema bilardista que mamaron los del Pincharrata, eso no funcionó.
La estampa de Maseta, cada vez más presente en la defensa de Simbada
Maseta, por la derecha, subió al ataque y algunos centros pudieron llevar algo peligro. Se mostró libre y fue receptor de varias descargas. La más clara para empatar en el primer tiempo fue una entrada de él por la izquierda al tomar un rebote que remató dos veces y otras tantas tapó el arquero Pincha, encimando al marcador de punta granate. Los pelotazos en profundidad para Mariano no agregaron peligro, tal vez conjurados por la férrea defensa Pincharrata. Ello obligo a Mariano a correr hacia los costados y descargar sobre sus compañeros. Quizás debió haber bajado más para poder avanzar de frente al arco. Sólo en el segundo tiempo conectó un centro certero de Maseta y su cabezazo hubiera sido un golazo si el arco hubiera tenido sólo un metro y medio más de largo. Maldiciones de la geometría.

Borja fue de menor a mayor. Incluso sus avances pudieron merecer mejor suerte. En una apilada, al ingresar en el área, cayéndose alcanzó a pegarle con el revés del pié derecho. La pelota se desvió en un defensor contrario y cuando se metía en el palo izquierdo fue desviada, otra vez, por el arquero blanco, que nunca dio rebote.
Horacio, (tapado en la foto) tuvo la más clara para el empate
El ingreso de Horacio fue importante en la recuperación y la dinámica del mediocampo. Su manejo de pelota lo convierte, siempre, en un generador importante de buen juego. Maneja las pausas y desequilibra con su gambeta. Y ayer no fue la excepción. De hecho, sobre el final tuvo un mano a mano, bien tapado por el arquero contrario –¡y dale con el Uno Pincha, una pesadilla!-. Fue la jugada más clara que tuvo Simbada, en el balance del partido, para marcar la paridad que hubiera merecido. Pero a su fútbol, Horacio debe agregar constancia. Sobre el final, fue traicionado por su fastidio, lució abatido, y perdió pelotas por sendas distracciones.
Horacio intentó desbordar, pero Simbada no tuvo sorpresa

Simbada no debe bajar los brazos. La defensa está en orden. Hay fútbol y recuperación en el medio. Sobra garra en todo el equipo. Quizás falta más táctica para progresar en la cancha e intentar algo de picardía y sorpresa en el área contraria, buscar sociedades, desbordes, y más toque para el puntazo final. La punta está lejos. Simbada debe sacarse los fantasmas de las cuatro derrotas y un partido empatado. No hay urgencias. Es la hora de pensar en el futuro y saber que no hay rivales fáciles.


domingo, 13 de mayo de 2012

Ebelyn 4 - Simbada 0 : LUCHADA DERROTA


Titi (7)
Maseta (7)
Borja (8)
Pepo (-) (jugó menos de 30 minutos)
Nacho (6)
Rorro (6)
Oso (6)
Mariano (6)

Cambios:
Primer tiempo: Negro (6) por Pepo, lesionado, a los 21 minutos de juego
Segundo tiempo: Beto (7) por Maseta

Por Armando Paredes

La crónica de una goleada anunciada debió tener otro final. Fue un 4 a 0 mentiroso. Ni Simbada mereció tan poco -debió ligar mucho más- ni Ebelyn fue tan superior a lo largo de los 80 minutos de juego. ¿Pesaron las ausencias en Simbada? Puede ser. El Bebe y Juanpi, de buena vida en la banda oriental, pudieron aportar más oxígeno al team capitaneado por Gastón Pagani. Sin embargo, la incorporación de Beto dejó una interesante perspectiva para el futuro. Demostró, cuando entró en el segundo tiempo, ser un jugador de toda la cancha. Fue sobresaliente en los anticipos y por mementos su punta pareció inexpugnable. Quizás la buena noticia simbadense fue su debut.
El partido había arrancado parejo. Pero Ebelyn -hay que decirlo- fue entre ambos el que mejor manejaba la pelota. Simbada no se quedaba atrás. Porque Nacho, Oso y Rorro parecieron complementarse bien en el primer tiempo, con la ayuda de Pepo y la asistencia cada vez más sólida de Maseta, que estuvo rápido en los anticipos. Pero una vez más, las oportunidadedes más claras las tenía Ebelyn. Los primeros minutos dejaron la imagen de partidos anteriores cuando parecía que otra vez Tití iba a ser la figura del encuentro. Una serie de tapadas y una pelota en el travesaño abrieron la esperanza simbadense. Además, Borja nunca dejó de parar rivales, anticipar, de arriba y de abajo. Y hasta se tuvo confianza para pasar al ataque y llevar peligro al arco eveliniano. Otra vez, la figura del equipo.
Poco a poco el juego se fue equilibrando, pero en una escapada desgraciada de un delantero contrario, Tití nada pudo hacer en un mano a mano letal. El 1 a 0 no amilanó a los granates, que pasaron al ataque y crearon varias situaciones. Nacho por la derecha, el Oso por la izquierda se complementaban con el Rorro, pero los avances no tuvieron la claridad de otras veces y Mariano, de discreta actuación, pero con un destacable despliegue sin pelota, y un mucho más elogiable espíritu voluntarioso, no pudo conectar las pocas pelotas que llegaron con peligro a sus pies. El peladito de Ebelyn que lo marcó era un hombre duro y estableció una marca severa y rigurosa. En verdad, toda la defensa ebelyniana se cerraba muy bien e iba ahogando los avances de Simbada, que una vez más pudo cambiar la historia de haber tenido un rival menos avezado.
El empate pudo estar en los pies de Borja, tras una corrida y apilada que terminó con un disparo desviado. Luego, un remate de media distancia envenenado de Nacho generó un rebote del buen arquero azul que Mariano no pudo conectar porque lo tomó con la pierna cambiada y en posición incómoda. La lesión de Pepo, para lamentar, obligó a Rorro a bajar y el Negro Pagani ocupó su lugar en el medio campo. Batallador, tenaz, implacable, el Negro no encontró los espacios de otras tardes-mañanas.
Ebelyn, hay que decirlo una vez más, tiene marca, achica los espacios y cuenta con jugadores de gran talla y buen pie. En el segundo tiempo, Ebelyn, de todas maneras, la pasó mal en los primeros minutos. Las subidas de Beto, con fuertes remates, y algunos entreveros en el área penal, pudieron marcar un empate que hubiera sido, hasta ahí, merecido. De un lateral nació otro remate de Nacho, otra vez rebote del arquero, Mariano esta vez tomó la pelota y ante la tapada tiró el enganche, el arquero la sacó afuera y el remate del Negro no fue gol por otra tapada magistral del golero ebelynista.
El partido era parejo y otra vez Tití tapó un mano a mano magistral con el pie ante un remate a quemarropa del otro pelado, el delantero. Otra vez parecía que salvaba las papas. Hasta que en una jugada desgraciada, el Uno no pudo con un remate menos exigente que se le escapó entre las manos. El 2 a 0, promediando los 20 minutos, era inmerecido. En los minutos finales Ebelyn justificó la victoria. Con Simbada sin piernas y sin recambio, llegaron los dos goles finales de Ebelyn que terminó de manera muy superior. El pitazo final trajo alivio y esperanza en que Pincha Ratas, que hoy empató en cero con Más Música, será un rival más accesible. ¿La historia comenzará a cambiar? Sólo depende de la actitud y la voluntad de Simbada, virtudes que ha demostrado tener de sobra.


ARMANDO PAREDES


martes, 8 de mayo de 2012

Historia (II) del periodismo

Para no develar de entrada su identidad, y dar así lugar al suspenso, ya que (como todos sabemos) los años no vienen solos, diremos que se trata del archiconocido cronista deportivo Don Armando Paredes. Copiamos debajo el párrafo de presentación del archivo gráfico en cuestión.

Armando Paredes con Sebastián (circa s.XX)

"Estoy junto a mi amigo, el ahora doctor Sebastián Castro Cranwell, cuando jugaba los campeonatos internos de Los Lagartos mientras hacía la colimba (y por la poca comida bajé de 90 a 78 kilos, ahora estoy en 107). 


Historia Viva Uno

 Volada poco ortodoxa pero, evidentemente, ¡efectiva!
Emocionado por el juego de su equipo. Un equipo que emociona ¡hasta las lágrimas!
 Planeamiento estratégico, su ventaja: la visión total del campo de juego.
 Llega hasta la copa... de los árboles!!!

lunes, 7 de mayo de 2012

LOS XENEIZES 2 V. SIMBADA 1

Titi (9)
Bebe (7)
Borja (8 - amarilla)
Rorro (7)
Negro (7)
Oso (8)
Horacio (8)
Nacho (7 – un gol)

Juanpi (6)
Maseta (6)
Mariano (-) (jugó menos de 30 minutos)

Los Xeneizes debieron sufrir para vencer a Simbada. En partido de ida y vuelta, la alegría fue para el conjunto que hoy se consolidó en la punta del Torneo Clásicos del Náutico. Cuando éste mejor jugaba, un extraordinario anticipo en el medio campo de Horacio generó un electrizante contraataque: una corrida y un perfecto pase a Nacho, terminó en una delicada definición que puso un inesperado 1-0 para Simbada. Hasta ahí, todo había sido de Los Xeneizees.
Nacho Saubidet convierte el gol de Simbada

Con un medio campo rápido, volantes de buen pie, un número 7 especialmente habilidoso y rápido, y un 10 talentoso, los boquenses se tornaban imparables para los mediocampistas simbadense. Mucho toque, dinamismo, circulación de pelota. Los xeneizes parecían más, abrían la cancha, generaban situaciones y convirtieron a Tití, apenas en los primeros diez minutos del partido, en la figura indiscutida de Simbada, que contuvo cuatro definiciones a quemarropa.
Titi, el uno, fue la figura del partido


Sin embargo, Simbada se fue consolidando a partir de una firme muralla como Borja: desde el fondo, sobrio pero omnipresente, fue generando seguridad al equipo. El Bebe y Rorro anticiparon a los jugadores más habilidosos del equipo boquense, que de a poco se fue diluyendo. Rorro se proyectó bien, a veces con más vértigo que efectividad, pero sus avances generaron preocupación al puntero.

Borja, muralla en la defensa, a punto de convertir el segundo de cabeza.











El negro Pagani fue importante en el medio campo.

El Negro Pagani fue importante en la marca, incansable en el medio campo. Poco a poco fue controlando al 7. Horacio anticipaba, quitaba, manejaba la pelota en velocidad, y hacía jugar. El Oso, como siempre, tuvo gran claridad para que Nacho generara el peligro allá arriba, en el no tan inalcanzable arco de los Xeneizes. Nacho pudo aumentar la ventaja. También lo tuvo Horacio. Borja pudo anotar de cabeza en  pelotas paradas. Y Tití, siempre el gran Tití, contenía el cero en el arco propio ante desequilibrantes ataques xeneizes.



Poco a poco, el joven equipo boquense comenzó a  sentir el peso del partido. Debió sufrir, especialmente en el segundo tiempo. En el comienzo del complemento, el Oso pudo torcer la historia del partido a favor de Simbada cuando descargó en Mariano y recibió de él en pared solo frente al arco rival: exquisito, como es, buscó colocarla al segundo palo y no fue gol por muy poco.

Los Xeneizes, que siempre dominaron y tuvieron la pelota, seguían tocando y haciendo circular el juego. Pero no llegaron tanto en el segundo tiempo hasta el arco de Tití. Simbada llevaba peligro en los contraataques. Nada hacía pensar en el empate. El partido se había equilibrado. Incluso, Simbada pudo aumentar como un cabezazo de Mariano, tras un corner, que se fue apenas por arriba del travesaño. Cuando peor estaban los Xeneizes, sin embargo, tuvieron la virtud de no desesperarse. Siguió fiel a su libreto.

Horacio, electrizante, desborda ante un rival.

Maseta, que ingresó por Bebe, hizo buen partido y acertó en los pelotazos para corridas de Nacho y Horacio. Juanpi, prolijo y sólido, generó la subida Rorro, para preocupar más al xeneize. Una jugada desgraciada, en la que Simbada fue sorprendido en un contragolpe, generó el empate xeneize. Para entonces, los dos equipos habían sentido el desgaste, y en un remate frontal desde afuera del área, muy desmarcado, uno de los buenos delanteros xeneizes fusiló a Tití que ya entonces no tuvo mucho que hacer.

Desde allí el partido fue parejo, aunque los boquenses pudieron aumentar la ventaja, si no hubiera sido por la falta de puntería de sus delanteros, bien marcados siempre los defensores simbadenses. Los Xeneizes estuvieron más cerca de estirar el score que Simbada de empatar. La suerte, que no tuvo el granate en otros partidos, la tuvo en esta mañana. Además de los aciertos de Tití bajo los tres palos, hubo malas definiciones de los delanteros del equipo ganador que erraron demasiado, en posición muy favorable. Simbada dejó una esperanza abierta. Peleó hasta el final contra el mejor. Se vienen Evelyn y Pincha Ratas: jugando así podrá comenzar a sumar.
Armando Paredes