Iba perdiendo 1-3, pero se recuperó con sacrificio, orden y potencia ofensiva
SHALKE (04) 3 V. SIMBADA 4
Titi 7
Bebe 7
Borja 9
Rorro 8
Nacho 8
Horacio 8
Oso 7
Mariano 6
Tanque 9 (Figura)
Beto 7
Pepo 7
Simbada. Arriba Titi, Nacho, Pepo, Tanque, Beto, Mariano, Borja.
Abajo Bebe, Oso, Negro, Rorro y Horacio
Goles:
Primer tiempo:
11, 17 y 35 minutos, goles de Shalke; 28 minutos, Nacho
(Simbada).
Segundo tiempo:
8 minutos, gol en contra de Shalke (en favor de Simbada); 16 minutos,
Tanque (Simbada), 27 minutos, Borja (Simbada)
Cambios:
Primer tiempo:
20 minutos, Pepo por Mariano.
Segundo tiempo:
Pepo por Bebe y Tanque por Oso; 18 Bebe por Rorro, 30 Mariano por
Tanque y 35 Rorro por Beto
Por Armando Paredes
Simbada pasó de la mística a la épica. “Epica” fue la palabra que
flotaba en el vestuario del equipo ganador que consumó la hazaña: una apoteótica
victoria por 4 a 3 frente al último equipo campeón Clásicos del CNSI: Shalke 04.
Y no es poca cosa, si se toma en cuenta que debió revertir un 1-3 a fuerza de
sacrificio, orden, y potencia ofensiva.
¿Que los naranjas están diezmados? ¿Que
perdieron tres figuras que ayer dieron la vuelta olímpica con la camiseta
taládrense de Los Xeneizes? Todo eso es cierto, pero no le restó ni una pizca de
mérito a la victoria trabajada y largamente merecida de este equipo bordó en
franco crecimiento.
Simbada puede dar para más. Eso lo saben sus jugadores, su capitán,
Negro, y cada unos de los plateístas de ayer: también crecieron en número: había
tres. El team que otra vez fue conducido desde el medio campo por Horacio –desde
su exquisitez técnica y su capacidad para ordenar a cada compañero- comenzó a
mostrar los dientes desde el comienzo del juego, cuando luego de un rebote del
inicialmente inseguro arquero shalkense, Mariano cedió hacia atrás a Nacho, cuyo
disparo defectuoso habilitó a Oso, que debajo de los tres caños se enredó con la
pelota y no la pudo empujar.
Pocos minutos después, el mismo Horacio –no liga para el gol- cabeceó
hacia atrás un centro, que tras superar al golero dio en el travesaño de Shalke.
Hasta entonces, Simbada hacía pie cómodo en el campo. Se paró como es habitual:
con una fuerte presión de Mariano, Nacho, Oso y Horacio. El Oreja quitó y supo
arrancar con su envidiable gambeta los
ataques más punzantes de Simbada. El medio simbadense funcionaba bien
–aceptablemente, digamos- en los primeros diez minutos hasta que la dureza y los
toques rápidos de los volantes naranjas, en especial el 11 y el 5, neutralizaron
esa transitoria superioridad.
Sólo entonces, los volantes bordo perdieron algunas marcas y se
generaron espacios para los peligrosos carrileros de Shalke. Ello se sumó a los
primeros desacoples en la defensa bordó, algunas confusiones y salidas a
destiempo de Borja, que tuvo sólo unos minutos de distracciones. Shalke no
perdona. Y tras una maniobra excelente del pelado número 9, se puso en ventaja.
Titi pareció sorprendido y a contrapierna en el disparo del calvo delantero, que
se desmarcó y ejecutó un derechazo violento, desde afuera del área, que se coló
a media altura al palo izquierdo del Uno. Shalke no había hecho más que
Simbada.
Borja, abriendo camino y empujando hacia adelante
Sin embargo, la confusión se apoderó de los bordós y de un corner, cedido por la defensa que no hacía pie, nació el segundo tanto. Simbada no se despesperó e hizo correr la pelota y puso en escena el buen pie de sus volantes más creativos. Tocado por su amor propio, Borja comenzó a mandarse al ataque y a empujar a sus mediocampistas . Oso intentaba por la izquierda, Horacio insistía en sociedad con Nacho, que olvidó sus botines pero no sus mañas. De un rebote que pescó fuera del área, Nacho pegó un zapatillazo inatajable con el cual Simbada descontó y comenzó a pensar en el empate.
Un párrafo aparte merece el Rorro. Su constante despliegue en la
punta izquierda comenzó a hacer crecer al bordó en su ataque. Anticipación,
quite, constante molestia al 9 contrario. Incluso, Rorro se tuvo fe y avanzó con
la pelota, abriendo un carril entre sus marcadores. Probó media docena de veces
al arco desde media distancia: un par fueron atajadas por el arquero; las demás
pelotas fueron encontradas por la noche nautiquera en las canchas de tenis, pero
de la Isla A. Pero no dejó de intentar nunca.
Rorro, anticipación, quite y constante molestia... al 9 contrario!
Borja comenzó a crecer y a afirmarse, atropellaba literalmente al
rival. Al punto que un defensor, que fue embestido por su impetuosa subida, lo
insultó desde el suelo con el improperio de “¡Hijo de puta!”, a lo cual el
Terminator-Kung Fu de Simbada le respondió con firmeza, pero revelando su
hombría de bien y su filosofía oriental: “¿Qué te pasa forro? ¿Te crees que lo
hago a propósito?”. Esa implícita disculpa disuadió al árbitro, de buena tarea,
de echar a ambos y Borja terminó pidiendo disculpas a su atribulado
rival.
Con una actuación pareja, Bebe anticipó bien a sus veloces rivales
por la punta derecha y descargaba en Horacio o en Nacho, pero siempre con gran
dinamismo y buen criterio de juego. Su velocidad para perseguir a los contrarios
–que cuando se le escapan lo ponen de malhumor y fastidioso- lo hace
imprescindible en Simbada. La pérdida de las marcas de sus volantes lo puso al
borde de un ataque de nervios cuando exclamó “¡No tenemos
mediocampo!”.
Tras el descuento de Nacho, Simbada emparejó las cosas. Las piernas
en los jugadores de Shalke –que no tenían recambio- comenzaban a fatigarse y los
bordos encontraban más espacios. Sin embargo, vendría otra dificultad: en una
jugada desgraciada, fuera de contexto, Shalke se puso 3 a 1 con un tiro cruzado
que Tití no pudo contener. Sin embargo, el Uno fue clave para que la caída no
fuera completa: algunos revolcones, incluso voladas de palo a palo, evitaron más
caídas del arco simbadense. No hubiera sido justo.
Sobretodo porque Simbada también llevó peligro al arco contrario. El
primer tiempo terminó 3 a 1 para Shalke. Pero no era el Shalke de siempre,
entero. “Vamos a divertirnos”, dijo Horacio en el intervalo. “Muchachos, no está
perdido, ellos están cansados y habrá espacios”, alentó Mariano. Premonitorio.
Así ocurrió.
“Vamos a divertirnos”, dijo Horacio en el intervalo
En el segundo tiempo, ingresó al campo un inspiradísimo Tanque,
acompañado por un más que lúcido Beto. Fueron las cartas decisivas para
potenciar el buen juego de Nacho y Horacio. Era demasiado para el desarticulado
y a esa altura exhausto equipo de Shalke, que sin recambios en el banco perdía
ahora las marcas. Y la dinámica de Rorro, la gambeta de Horacio, los pelotazos
precisos de Pepo, los avances y entregas exactas de Beto, la verticalidad de
Nacho y la potencia de Tanque eran una amenaza constante para los
anaranjados.
El arranque del Tanque fue un arma letal de Simbada, que terminó de demoler al buen equipo de Shalke
El segundo gol de descuento de Simbada vino a través de un corner muy
bien ejecutado de Pepo que los defensores shalkeanos convirtieron en gol en su
afán por despejarla. Gol en contra, ayudado por la molestia de Beto que
apremiaba y hostigaba. El 2-3 fue decisivo e inyectó una cuota de impulso
anímico.
Gol de descuento. Corner bien ejecutado por Pepo,
Beto molesta y la defensa de Shalke lo metió en contra
El ganador parecía el perdedor en la cancha. Simbada avanzaba con
conmovedora fe vencedora. Tanque creció, se asoció con Horacio y Nacho y tuvo
muchas chances conjuradas por el arquero. Descolló por su manejo con la pelota
al pie en tres cuartos de cancha, entrando con peligro en el área rival. Una
habilitación perfecta de Beto, de derecha a izquierda, encontró al robusto
delantero –con 10 kilos menos sería imparable- bien parado, solo; y con un
fuerte derechazo al palo derecho convirtió el empate en 3: golazo.
Desde allí justificó la elección como figura de la cancha. Metió, marcó, gambeteó, cabeceó y tuvo chances para su segundo tanto. Hubiera sido justo.
Partió el derechazo del Tanque, que se coló junto al palo derecho. Golazo y empate 3 a 3
Desde allí justificó la elección como figura de la cancha. Metió, marcó, gambeteó, cabeceó y tuvo chances para su segundo tanto. Hubiera sido justo.
Tanta fe se tenía el felizmente regresado Tanque que su excelente gol
había sido anticipado ayer por él mismo, en su cuenta personal de Twitter. Ver
aparte. Ese optimismo se tradujo en actitud en cancha: la pedía, ordenaba y lo
más importante: no reaccionó ante los fallos del juez…
El 3-3 era justicia. Pero no era todo. Simbada siguió presionando:
sus delanteros y volantes, muy dinámicos, y cada vez mejor entrenados
físicamente, introdujeron en un verdadero tembladeral a la defensa shalkense,
que quedó atrapado en malas entregas y que no pudo armar su juego desde la
habitual salida prolija del último campeón.
Borja intentó de cabeza, pero esta vez el gol vino con un rotundo derechazo tras una guapeada
Y Borja, ahora recuperado en la
defensa, y en la mejor versión de su estampa de gladiador como defensor,
comenzaba a pasar al ataque: en una apilada que abrió un surco en la franja media y volcándose en diagonal hacia la derecha, sacó un derechazo perfecto que
ingresó en el ángulo izquierdo del confundido arquero naranja. Era la hazaña: 4
a 3.
Borja, en una de sus subidas, marcó el cuarto gol, el del triunfo y la hazaña
Rorro probó todo el partido de media distancia. Esta fue contenida por el arquero.
Otras fueron a las canchas de tenis de la Isla A
Había tiempo para más. Los últimos diez minutos pudieron generar un
quinto gol para Simbada. Una habilitación de Rorro para Mariano –que sintió tal
vez su reciente viaje a México, ajetreado sin lugar a dudas-, que fue tapado por
el arquero.
Un avance de Horacio, que en el último toque bien buscado para
Mariano se quedó corto. Un dato positivo de Mariano: siempre está bien ubicado
(especialmente en México), cada vez está mejor físicamente (la sunga no miente),
pero le falta confianza y fútbol con la pelota al pie (sin duda la encontrará).
En otro avance de Pepo, también se pudo ampliar la ventaja. Simbada se floreó y
selló un triunfazo con sabor a epopeya.
El remate de Beto fue salvado por el buen arquero de Shalke ante la vista de Horacio
Tanque dejó atrás a uno de sus rivales, con un manejo de pelota brillante.
Fue la figura del partido
De los últimos cuatro partidos del torneo Clásicos, el ascendente
bordó ganó 3 y empató uno. Cosechó 10 puntos sobre 12 posibles. Terminó el
torneo con 11 puntos luego de un flojo comienzo, en el cual le faltó suerte.
Hizo más goles en el campeonato (20) que los que recibió (19). Pero lo más
importante: encontró un rumbo, una táctica de juego y todos sus jugadores
conocen y respetan su libreto, en cualquier cancha y sea quien sea su
adversario. Despliegue y presión cuando no tiene la pelota; orden en la defensa,
conducción cuando se recupera la pelota y optimismo y fe para buscar el
gol.
Está apareciendo el equipo. La mejor noticia es que todavía no
encontró su techo. Hay muchos datos para el optimismo: el creciente presentismo
de sus jugadores revela el compromiso sin fisuras; el buen clima del grupo
afianza el objetivo claro de divertirse y pasar un momento entre muy buenos
amigos, en el mejor club, de revivir el partido con la crónica en el blog de
Borja y de comentar durante toda la semana los pormenores de esa cobertura en
las cadenas de mails. La mística dio paso a la épica y Simbada redondeó la
hazaña. Tras un mes de receso, se vendrá el Clásicos – Apertura. Hay con qué
soñar.
APOSTILLAS
El Tanque avisó
Tanque avisó ayer, sábado, de su potencia goleadora para hoy. Durante
la emisión del programa Unas Cuantas Verdades, que conduce Mariano por Radio El
Mundo, llegó un twitter de su cuenta personal, en el que anticipó que iba a
hacer un gol y hizo piropeadoras referencias a la locutora Abigail Lasalle, que
en un punto son a todas luces incriminatorias. “@marianoobarrio pasame el
twitter de Abigail! Además de inteligente es Moooy mona! Aguante Simbada mañana!
Voy a hacer un gol. Será Justicia. Y el Tanque cumplió. ¿Lo premiará Mariano con
el correo elecrónico de la soltera locutora?
Tanque se animó a la gambeta y a ciertos lujos, se asoció con Nacho y Horacio
Tanque avisó por Twitter, Borja comentó en la lancha
que quería marcar un gol que no fuera de cabeza: los hermanos cumplieron.
Picada al vacío
Los cuarentones jugadores de Simbada ya no tienen resto para el pique
en el final del partido. Pero sí para una reparadora picada. Hubo de todo, y
también festejos, en la tenida después del partido en la cual abundaron la
cerveza, las gaseosas, y las berenjenas en escabeche.
Ricos quesos y sabrosos pates de ciervo y de cordero se dejaron comer. El problema fue cuando Mariano avisó que se había olvidado el abrelatas y que no se podría hacer uso de los pates. El Tanque, que ayer estaba intratable, se las ingenió para dar con el contenido de esas latas y utilizó un saca corcho para romper las latas. Nunca iba a quedar sin degustar esos pates. Hizo escuela, porque Mariano lo copió un rato después. Las tostadas y las galletas de agua completaron el ágape organizado por el capitán, Negro, todo un incentivador de sus jugadores.
Ricos quesos y sabrosos pates de ciervo y de cordero se dejaron comer. El problema fue cuando Mariano avisó que se había olvidado el abrelatas y que no se podría hacer uso de los pates. El Tanque, que ayer estaba intratable, se las ingenió para dar con el contenido de esas latas y utilizó un saca corcho para romper las latas. Nunca iba a quedar sin degustar esos pates. Hizo escuela, porque Mariano lo copió un rato después. Las tostadas y las galletas de agua completaron el ágape organizado por el capitán, Negro, todo un incentivador de sus jugadores.
Presentismo y ausentismo
Fue muy elogiada la presencia de Juampi, que al igual que Negro,
asistió al partido sin poder jugar. En su caso por una lesión que se produjo
hace dos semanas. Juampi alentó desde el costado del campo y no veía la hora de
meterse a jugar, al punto que provocó a los jugadores contrarios desde la línea
de cal y casi es expulsado por el árbitro, que no tenía tarjetas para expulsar a
jugadores que no jugaban. Un vacío legal, digamos. La presencia de Juanpi fue
completada por casi todo el plantel de Simbada, que tuvo asistencia casi
perfecta. Solo fue criticada la ausencia de Maseta que no quiso asistir por su
lesión en el último partido contra Dínamo. Maseta no entendió la mística: había
que estar o estar, con o sin jugar. Y de última comer unos patecitos al final
del encuentro. ¡Maseeeeeta!
Puesta a punto
Mariano se internará en el kinesiólogo el martes para terminar de
curar un desgarro que le molesta en el isquiotibial derecho, pese a que hace
caso omiso de esa vieja lesión. Según Diego Ovejero, osteópata del equipo, está
cicatrizado, pero debe ser recuperado con masajes recto-inguinales. Mmmmmm. “Yo
haré todo lo que sea necesario para estar diez puntos para el próximo
campeonato, que comienza dentro de un mes y medio”, dijo Mariano, entusiasmado
con el tratamiento poco después de mostrar su sunga, con la cual contiene la
zona de la lesión y va a las playas de México. Este miércoles viajará a Mendoza
porque tiene que seguir a Cristina en la cumbre del Mercosur. Pero allí no hay
playas…
Mariano Obarrio recibe cargadas televisivas y radiales... envidias por pertenecer a Simbada!
Criticas y autocriticas
“Estuvimos desordenados en el medio campo en el principio,
pero luego nos ordenamos y pudimos revertir el partido”, dijo Bebe al abandonar
la cancha previo a la picada y a ir a ver por TV el partido de San Lorenzo.
“Creo que perdieron las marcas los muchachos”, agregó. De los volantes le
contestó Horacio: “Bebe descargaba mal, corría demás con la pelota cuando tenía
que jugarla a los costados. Lo hablé con él en el entretiempo y no hubo
problemas”, señaló el rubio y habilidoso mediocampista simbadense. El vestuario
soluciona todas las controversias. Quien estaba arrepentido por algunos errores
iniciales era Borja, que señaló que “me dormí en el primer gol de ellos, sabía que tenía que salirle y
Shalke no perdona, por suerte pudimos revertir el resultado y pude convertir el
gol de la victoria”. A pura autocrítica, Borja se retiró de la cancha, hacia la
picada, con su camiseta de River Plate. Con el ascenso gallina, la alegría del
simbadense fue completa.