OLD BOYS 2
V. SIMBADA 1
Titi 8
Bebe 6
Borja 7
Rorro 6
Negro 6
Horacio 6
Oso 7
Mariano 6
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Tanque 7
Nacho 7
Beto 7
Arriba, Mariano, Tanque, Borja, Negro y Beto.
Abajo, Nacho, Horacio, Oso, Titi, Bebe y Rorro
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Primer tiempo
27 minutos, gol de Oso (S)
Segundo Tiempo
15 y 27 minutos goles de Old Boys
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Cambios
Primer tiempo: 20 minutos Nacho por Negro y Beto por Mariano
Segundo tiempo: Mariano por Oso; 19 minutos Negro por Beto y Tanque
por Mariano, 28 minutos Oso por
Bebe
SIMBADA FUE DEMASIADO “OLD” PARA TANTOS “BOYS”
Por Armando Paredes
Volvió el fútbol y volvió Simbada. En un partido cambiante, peleado,
por momentos trabado, el equipo capitaneado por el Negro Pagani no pudo sostener
una victoria que en el primer tiempo parecía inevitable y que despertó la
ilusión. Por errores, desinteligencias, reproches en medio del juego, y una
lógica inferioridad física –pesó el promedio de edad en el segundo tiempo-, el
conjunto de Old Boys se llevó la victoria, que sólo logró cuando se encontró con
un gol, el del empate, para el que no había hecho demasiado.
El primer tiempo fue de Simbada y el partido estuvo controlado
mientras el equipo bordó tuvo piernas. En el segundo tiempo, Simbada perdió las
marcas, se dejó anticipar por los celestes, y comenzó a perder la pelota. El
medio campo lució fracturado a medida que los Old Boys iban ganando en confianza
y copaban esa zona del terreno, ya sin simbadenses a la vista.
Los celestes impusieron entonces su juego asociado, por momentos su
toque, ya cuando Simbada no tenía resto físico. Sin vueltas, Old Boys tuvo más
de “Boys” que de “Old” por la juventud de sus volantes y delanteros, de buen
manejo de pelota, que en el momento justo no perdonaron.
Simbada había arrancado el partido haciéndose del control de la
pelota. Su rival no le llegó al arco y cuando lo hizo, El Uno respondió con
total seguridad. Tití fue el más regular del equipo. Horacio fue creciendo como
enganche con el correr del partido, bien acompañado por Negro y Oso. De todos
modos, no hubo llegadas de peligro en ninguno de los arcos excepto un mano a
mano que tuvo Mariano que pudo ser el gol de Simbada más tempranero del
campeonato si no se hubiera ido larga su gambeta controlada por el arquero
adversario.
Los azules debutantes lucían nerviosos y tuvieron que recurrir a las
faltas para frenar a los mediocampistas Oso y Horacio. Faltas que el excelente
arbitraje del hombre de negro no pasó por alto.
El ingreso de Nacho y de Beto le dio mucho más dinamismo y explosión
al mediocampo de Simbada, que sobre la segunda mitad del primer tiempo abrumó a
su rival contra su arco. Nacho desbordó peligrosamente por la derecha e hizo lo
que sabe: abrir defensas cerradas. Horacio comenzó a encontrar el partido por el
centro del ataque, bien acompañado por el Oso, y Beto era una buena descarga.
Todo era de Simbada.
En una falta en la puerta del área que Horacio buscó muy bien, Beto
aprovechó la distracción y la discusión de Old Boys con el referí para sacar
rápido a su izquierda para Oso y habilitarlo por el costado del área: con el
arco libre –el arquero conversaba con el juez- definió alto y perfecto. La
picardía encendió la ilusión simbadense. Pudo aumentar la ventaja en sendas
arremetidas de Rorro y de Nacho, con disparos de media distancia que causaron
revolcones del arquero.
El ataque bordó crecía sobre la base de una defensa sólida y cerrada.
Borja fue el líder firme de siempre en el anticipo y los rechazos aéreos. Aunque
no se mandó al ataque. Bebe y Rorro estuvieron rápidos para salir jugando y
atentos para ahogar las subidas rivales.
El segundo tiempo arrancó más equilibrado. Pero los defensores
simbadenses perdieron el rumbo. Comenzaron algunas discusiones y
desinteligencias porque con el correr de los minutos el medio campo ya no
contenía tanto a Old Boys que comenzó a arremeter con más amor propio e ímpetu
juvenil… que fútbol. Los volantes simbadenses ya no se desmarcaban tanto y las
salidas de Simbada, vía Bebe y Rorro ya no resultaron tan seguras.
En una de esas, Rorro no advirtió que podía jugar a Nacho recostado
sobre la raya izquierda y quiso entregar hacia adentro porque no vio compañeros
desmarcados: el número cinco de Old Boys robó la pelota y con una gambeta rápida
y letal en el área dejó sin chance a Tití.
Poco había hecho Old Boys y se encontró con el empate. Los reproches
entre defensores y volantes simbadenses crecieron y el nerviosismo se apoderó de
algunas de las figuras simbadenses. Los celestes crecieron anímicamente y
Simbada, pese a que quiso reaccionar, se ahogó en la impotencia.
En otra maniobra efectiva, de combinación perfecta dentro del área,
Old Boys selló el segundo gol que marcó la ventaja final. El ingreso de Oso
apenas modificó las cosas: contuvo más la circulación de los debutantes azules
en el medio campo. Pero no alcanzó. Simbada pudo ganar, pero no lo aguantó.
Resultó demasiado “old” para tantos jóvenes “boys”. El vencedor tendrá un
protagonismo indiscutible en el torneo. Se trata de un buen equipo, con figuras
interesantes.
A Simbada le queda la tranquilidad de que, cuando se lo propone, el
fútbol aparece. Sólo le faltó animarse a jugar más y mejor la pelota por el
piso, aunque sea en forma lateral y si es necesario retroceder para buscar al
mejor ubicado. Se vienen Los Xeneizes, un equipo durísimo, muy joven, y el
último campeón. Quizás aquella sea la receta. Concentración para recuperar y
jugar la pelota, orden para mantener las marcas, atrevimiento para abrir
defensas rivales, y serenidad para superar momentos difíciles. Esto recién
comienza y sobra talento, coraje y orgullo para lograrlo.
APOSTILLAS
“A Bebe tuve que sacarlo sobre el final porque Oso podía contener en
el mediocampo y la defensa estaba metida en muchas recriminaciones. Eso no iba a
terminar bien”, dijo el Negro Pagani luego del encuentro. “A veces nos
reprochamos jugadas que pasaron y nos desconcentramos para las siguientes. El
fútbol es renovación constante, hay que olvidarse y seguir jugando y ganar la
siguiente jugada. Todos somos culpables. Volvimos a un defecto histórico de
Simbada, pero confío en que lo vamos a superar en la semana”, agregó.
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El Rorro hizo autocrítica luego del partido. “Me equivoqué en la
salida y el contrario me sacó la pelota y fue gol. No tenía compañero a quien
pasarla, ví a todos muy marcados. El medio campo se quedó sin movilidad y los
defensores no lo pudimos resolver”, dijo el marcador de punta. Cerca de él,
Negro coincidió en que otra fallida salida desde el fondo, en este campo, a
cargo del capitán, también tuvo el condimento de la falta de pases en el
mediocampo.
Negro batalló en el medio campo, Mariano y Horacio observan
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Picardía. El gol de Simbada fue planificada durante la pretemporada.
Nacho y Beto insistían en hacer esa jugada: al obtener un tiro libre a favor no
pedir distancia para no tener que esperar la pitada del referí. Aprovechar la
distracción de la defensa contraria y jugar la pelota rápido. Eso fue lo que
hizo Beto y encontró al Oso como socio. El Oso no perdonó. Nacho festejó desde
el banco y felicitó a sus compañeros por haber instrumentado su propia
idea.
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Fue muy comentado antes del partido un reportaje de Armando Paredes
durante su programa de radio del día anterior, emisión que tiene en sociedad con
Mariano por Radio El Mundo, AM 1070 o www.radioelmundodigital.com En
el aire, Paredes entrevistó a Mariano sobre el partido con Old Boys y le
preguntó si tenía miedo a las lesiones. Mariano respondió: “Me tengo mucha fé,
porque hice una buena pretemporada, un trabajo serio. Es más, tengo temor de
estar sobreentrenado”. El comentario causó hilaridad en la mesa. Mariano no
entendió bien por qué se reían con locura.
MARIANO OBARRIO |
domingo, 2 de septiembre de 2012
Partido inaugural del Torneo Final
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