lunes, 22 de octubre de 2012

Con garra y orden, el bordó mostró otra imagen


SIMBADA 1 V. VERTIGO 1

Tití 9
Bebe 8
Borja 8
Juanpi 9
Nacho 7
Negro 9
Oso 7
Mariano 7

No hubo recambios ni fotógrafos (por eso no hay imágenes del partido)
Primer tiempo: 6 minutos gol del Negro (Simbada)
Segundo tiempo: 37 minutos gol de Pinco (Vértigo)

SIMBADA SE QUEDÓ CON UN EMPATE
PERO DEJÓ ABIERTA LA ESPERANZA

Por Armando Paredes

El equipo reencontró el camino. El empate agónico sobre el final del partido, en un cabezazo salvador de Pinco, el buen cinco de Vértigo, no borró todo positivo que hizo Simbada durante 78 minutos. Aún cuando en los últimos 20 minutos se quedó sin piernas por falta de recambios. El conjunto bordó hizo un culto del orden, la disciplina y la marca desde el comienzo. La movilidad de sus mediocampistas y la presión de sus delanteros fueron el arma para el desequilibrio.

Simbada. Arriba Nacho, Oso, Borja y Negro. 
Abajo. Juanpi, Mariano, Bebe y Titi

Simbada hizo un primer tiempo sencillamente espectacular. Se soltó, jugó al fútbol y por momentos brilló. Hubo toques, escalonamientos, relevos. Impecable. Se vieron momentos de excelente manejo, de circulación fluida de la pelota entre todas sus líneas. Apenas comenzó el partido Vértigo dio muestras de que sería difícil, pero Simbada le cortó los circuitos del juego.
Negro, capitán, un volante con entrega y manejo en el mediocampo

En el centro del campo, el Negro, tonificado por los el aliento etílico que arrastraba de su cumpleaños la noche anterior, corrió como nunca, marcó en todas las pelotas y anticipó los pases de los contrarios, con lo cual generó peligrosos contraataques. Contó con la valiosísima dinámica de Nacho y Oso, que se transformaron en movedizos volantes que subían y bajaban, marcaban, se mostraban siempre como descarta de todos los pases.


Bebe, una garantía en la punta derecha

Además, el Bebe por la derecha y Juanpi por la izquierda se proyectaron con buen criterio y especialmente éste último tuvo un arranque conmovedor, anticipando el juego contrario y pasando al ataque. Su punta resultó directamente infranqueable durante casi todo el match.
                    Juanpi, por todo el andarivel izquierdo
Apenas comenzó el partido, la presión de los delanteros, Oso, Nacho, Negro y Mariano dio sus buenos frutos. En una salida desesperada de la defensa vertiguense, Mariano acertó en la marca y tapó un mal pase del zaguero contrario, dejando la pelota para la entrada de Negro, que con un remate seco y certero batió al parlanchín arquero de Vértigo (que estuvo muy quejoso por supuestas faltas de Mariano que el referí no vio). Los defensores del equipo violeta y negro entraron en la desesperación y comenzaron a protestar faltas.



Se quejaban de presuntos manotazos de Mariano (que no se vieron, pero que los hay los hay) para defenderse de la férrea marca, y algún otro pechazo, que terminó con algún revolcón adversario. Lo necesario. Es cierto que el delantero jugó al límite pero en su brusquedad no hubo mala intención. Aunque tampoco buena…
Se notó una actitud de mayor confianza en Mariano, que pidió más la pelota aunque no siempre la jugó bien. Combinó interesantes contactos armando paredes (en homenaje al autor de esta nota) con el Oso, Negro y Nacho. También recibió varias patadas que lo dejaron agotado.


Oso, un volante con llegada y excelente generador de peligro



Mariano, delantero, con olfato de gol, arrastra marcas
El partido fue duro, por momentos áspero. Todo Simbada puso una garra que levantó a la tribuna. Vértigo no encontró los caminos para vencer el orden simbadense de la primera etapa. Además, se encontró con la muralla de Borja, siempre seguro y totalmente recuperado de su lesión del domingo anterior. El tractor Borja también aportó subidas y empujó al equipo con una fuerza inigualable con ese tranco de rodilla levantada. Hasta se permitió lujos como un taco que dio a Mariano entre dos contrarios y que este devolvió en pared a un toque.

Simbada pudo aumentar en sendos centros a la carrera bien pateados de Bebe y Juanpi, como también en una buena habilitación de Negro afuera del área, que Mariano no remató por estar lejos del arco y querer encarar al defensor.
Nacho, carrilero, volante ofensivo y delantero. Buen pie y gol
Tití tuvo poco trabajo en el primer tiempo, pero siempre resolvió bien. En cambio, debió aparecer en toda su magnitud en el segundo. El Uno tapó al menos media docena de pelotas con destino de gol que hubieran cambiado antes la historia. Se lo notó concentrado y con excelentes reflejos. Hay arquero.
Titi, el Uno, el que ataja el viento

Si bien Simbada tuvo la iniciativa en el primer tiempo, en el complemento mató el partido. Vértigo esbozaba un buen juego en el medio. Los bordos tenían, empero, todo controlado, sin hacer grandes cosas. La movilidad de los mediocampistas y delanteros se fue diluyendo con el correr de los minutos. En ello pagó caro la falta de recambio. Cualquiera de los ausentes le hubiera dado un valor agregado al equipo que hubiera asegurado el triunfo.


Borja, desde el fondo empuja al equipo. Clave en defensa y con gol

Sin embargo, hubo buenas combinaciones entre Nacho, Oso, Negro y Mariano, que siempre tocó de primera hacia los costados. Pero el juego se fue haciendo ríspido y el Bebe entró en un duelo verbal con el 9 de Vértigo, que estaba alterado por demás. Entre peleas vanas y protestas al árbitro, el delantero vertiguense recibió doble amarilla y roja cuando faltaban diez minutos para el final. Sin embargo, Vértigo había pisado el acelerador y metió a Simbada en su arco durante los últimos 20 minutos, en parte por el agotamiento de piernas.

Tras una sucesión de corners, de los que Simbada no pudo salir, la gran figura de Vértigo, Pinco, conectó sobre el final un cabezazo perdido, fuerte y abajo que venció a Titi que nada podía hacer.

Antes y después del gol del empate, hubo electrizantes subidas de Borja, centros de Bebe, un remate desviado de Negro, tiros desde afuera de Nacho y una pared larga en contraataque entre Oso y Mariano, que éste forzado y muy esquinado llegó a rematar, pero fue conjurado por el arquero. 

Sobre el final Simbada cargó contra Vértigo a puro amor propio, pero el tiempo ya no alcanzó. El empate fue justo. Hubo sí un triunfo del bordó: haber recuperado el orden, la concentración, la soltura y la garra. Buenas herramientas para esperar con esperanza a Pincha Ratas. ¡Vamos todavía!


Apostillas

No hubo casi comentarios después del partido. Todos huyeron a la lancha porque todos debían llegar a tiempo para celebrar el Día de la Madre con la patrona y con sus respectivas madres. Por eso, no hubo declaraciones, pero el conformismo era generalizado en Simbada. El comentario fue que el Negro se hizo a sí mismo el mejor regalo de cumpleaños: un golazo desde afuera del área y casi al ángulo. “Te dás cuenta hago un gol y no hay fotógrafo para registrarlo”, dijo el Negro.

OOO
Hace unos meses, el Bebe aconsejó a Mariano correr más para afirmarse más en el campo de juego. Sus recomendaciones fueron escuchadas. Por eso, el marcador de punta le dijo a Mariano que el entrenamiento había dado resultados y que ahora debía trabajar más en reacción y pique. Mariano está fortaleciendo piernas en el banco de piernas del gimnasio para superar los viejos desgarros. Pero quedó convencido de que los consejos del Bebe merecen ser escuchados. Y así lo hará.

OOO
El Día de la Madre significó para algunos jugadores un desafío mayor. Especialmente para aquellos que tienen despertares tempraneros de mucho contacto con sus respectivas esposas. Hubo quienes debieron celebrar ese día en duras pruebas eróticas que pudieron haber restado algo de reacción a los músculos. No se dirán los nombres por una cuestión de pudor, pero un caso, al menos, hubo seguro. También hay que decir que casi no se notó en la cancha. O sí… para bien. Puede ser un camino a seguir más seguido.

OOO
Juanpi tuvo una actuación espectacular. Y hasta probó con buenos centros que llevaron peligro al arco contrario. Se mostró totalmente recuperado de su lesión y con muy buen fútbol. Excelente noticia. Cuando Mariano felicitó al Bebe por un centro bien tirado, Juanpi, preso de un ataque de celos, le preguntó en pleno campo de juego: “¿Y el mío?”. Mariano contestó que también lo valoraba. Y entonces Juanpi volvió a la carga: “No te lo digo a vos. Se lo digo a Armando Paredes”. Lo cual no hace más que confirmar que los jugadores están pendientes de lo que se escribe en estas líneas, bajo responsabilidad de este humilde cronista.

OOO
El referí tuvo una correcta actuación. Es cierto que algunas faltas a favor de Vértigo las cobró al revés –bienvenido sea- pero la reacción de los jugadores violetas y negros fue desmedida y lo trataron verdaderamente mal al hombre de negro, que no merecía tal desprecio. Hay que tener en cuenta que los árbitros lucen como jóvenes muy dispuestos que pierden un domingo a la mañana para darnos un gran servicio, seguramente por un ingreso módico para sus familias. Son laburantes que no están ahí para que los maltratemos. Por eso, estuvo muy bien expulsado el número 9 de Vértigo, que fue muy duro con el juez. En eso Simbada siempre fue muy correcto. Sigamos así. Felicitaciones muchachos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario